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Cosas

(o el amor hacia un lavaplatos)

 

Por Daniel Montero (Maestro en Historia del Arte, UNAM)

 

​Cuando llegué a mi nueva casa sólo había un lavaplatos en un espacio vacío, en una cocina que no era una cocina (estaba inacabada, sin anaqueles, etc.) sino que sólo era un lavaplatos. De repente, en un momento de mi coexistencia con ese lavaplatos que estaba sólo en ese espacio vacío, todo se llenó de ese objeto, que no era para nada un misterio pero que al final, terminó siendo parte de mi vida. Era la cosa de mi casa.

 

Si un lavaplatos que está en un espacio vacío se puede volver tan “importante” –porque al no haber nada más se torna abarcador–, qué nos hace pensar que las otras cosas no pueden comportarse de la misma manera. De hecho lo hacen pero tienen que volverse dignas de nuestros afectos. Y no es que yo me haya enamorado de un simple lavaplatos. Sin embargo, en un sentido estricto, todo puede volverse digno de afectos porque invoca nuestra memoria, nuestras relaciones con las cosas y con las personas. No sólo por eso: Margarita Posada nos muestra cómo las cosas que nos rodean cotidianamente son importantes por el hecho de compartir con nosotros esa cotidianidad. Una planta, un sofá, una toma eléctrica, son “retratados” mostrando toda su dignidad en unos cuadros en los que el tiempo parece haberse detenido. Acercamientos de las cosas y unos encuadres sugerentes que exhiben las relaciones mismas entre esas cosas. Por ejemplo: los huevos están en la nevera; la toma de corriente en la pared; el teléfono en el sofá.   

 

La Iconografía Doméstica de Posada me hace pensar justamente en la descripción (grafe) de la imagen (eikon) de las cosas de la casa (domus), cómo son y qué tienen de particular. Porque están justificadas por su uso, las cosas de la casa casi nunca son vistas en una dimensión estética, pero Posada se ha encargado de darle vuelta a esa situación. Al adentrarnos a las cosas –pareciera decirnos la artista– podemos ver que están ahí, que también tienen una presencia y que su imagen es digna de un re-trato. 

 

Por eso, si es usted alguna vez se enamora de una cosa, por favor no dude en hacérselo saber.

 

Ciudad de México, Mayo de 2008

 

 

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